La personalidad que han forjado grandes iconos de la moda es atemporal. Es un hecho.
No importa qué tipo de excentricidad hayan propuesto o, si dicho manifiesto quebrantaba las tradiciones ortodoxas de la época, como fue el caso de Frida Kahlo con sus outfits medio indígenas medio europeos y cejas gruesas, Audrey Hepburn con su magia elegante o Coco Chanel con la aceptación de incluir en sus atuendos prendas masculinas, invitando a la figura femenina a sentirse más cómoda en su piel pero sin dejar de lado la sensualidad.
Siendo así, es sencillo deducir lo que viene a continuación: 3 consejos poderosos que como mujeres podemos entender en profundidad, y por supuesto, aplicar en nuestro muchas veces caótico día a día.
Frida Khalo
Mujer medio indígena, medio europea. Uniceja de nacimiento y bigotuda por elección. Feminista pero femenina y más transparente y necesaria para el arte que el agua.
Nunca pensaríamos sinceramente que estas elecciones y casualidades la llevarían hasta la figura mítica en la que hoy se ha convertido. Su gran sentimiento de amor a la vida terminó por ser un mantra inspirador contemporáneo para todas las mujeres con ganas de remarcar su autoexpresión como la mejor forma para drenar las presiones de género.
Y no solo eso. De Frida, aprendimos mil y un consejos de moda enmarcados para la posteridad.
UNO. La moda es un vehículo de provocación si uno quiere y de terapia si lo necesita.
Estos fundamentos los vimos implícitamente aplicados en ella cuando comenzó a aceptarse una persona con limitaciones, debido a la polio que sufrió de pequeña y a los posteriores accidentes que la postraron por largos periodos de tiempo en una cama, para luego lanzarse a usar prendas autóctonas de los pueblos indígenas de su tierra en conjunto con accesorios únicos XL y complementos que la hicieron posar en la portada de VOGUE en 1937.
Se sabe que en sus últimos años de vida, ella se arreglaba lo suficientemente bien, para sentirse más viva y menos cercana a su destino.
DOS. Los accesorios son magia y pueden cambiar completamente un outfit.
Con bastante obviedad nos damos cuenta que los accesorios y complementos de Frida supieron marcar su estilo personal. Sus míticos anillos y demás complementos XL, la convirtieron en la precursora de una nueva generación en el tema de los accesorios dentro de la moda que olvidaba los complementos pequeños para darle paso a una maravillosa era de la GRAN BISUTERÍA.
Audrey Hepburn
Si pensamos en un icono clásico de la moda, esa es definitivamente Audrey Hepburn, quien con su eterna elegancia, nos enseñó que el minimalismo en la indumentaria no solamente simplifica y facilita la vida, sino que también es un símbolo inequívoco de glamour y originalidad.
Desde sus comienzos como bailarina, se veía venir su gran estética en el buen vestir. Después de su aparición en la gran pantalla, la actriz dio rienda suelta a su gran carisma fashionista mostrando outfits que nos dejarían a las más amantes de la moda, sin aliento y con mucha inspiración para salvar la falta de creatividad en el día a día.
Con Audrey, aprendimos:
UNO. Menos es más.
Con esta máxima acuñada por Mies van der Rohe, entendemos que cuando existe una hipersaturación en los atuendos, puede haber confusión al elegir, poca claridad, y entretanto, estrés y estados de ánimo apesadumbrados.
Al contrario de Frida, Audrey apostaba por hacer del lienzo en blanco que es el cuerpo, un exponente más clásico, donde solo un par de bailarinas, una camiseta blanca o negra y un pantalón de corte recto igualmente monocromo, podían hacer maravillas sin ir mucho más lejos que lo sencillo.
DOS. La vida te dio dos manos, una para ayudarte a ti y otra para ayudar a los demás.
Si tú mismo no tienes la valentía para ayudar a cuidarte a todos los niveles (a ti y a tus seres queridos) nadie más lo hará por ti. En particular porque la idea del entusiasmo es perecedera y el tiempo, corto.
Con Audrey se entiende fácilmente con esta frase que la caracteriza que emprender de forma proactiva en todas las áreas de tu vida (estética, familiar, monetaria) es fundamental para mantener nutrida tu fascinación por lo que te rodea, tu independencia y tu vida. Porque tal vez lo olvidamos, pero la vida es un milagro y todo aquello de lo que gustes podría convertirse en tu forma de vida soñada… Tal vez, hace falta prestar más atención a los detalles que nos rodean y convertirlos en nuestro sello personal. TAL VEZ…
Diana Ross
Con sus inolvidables peinados, atuendos y su poderosísima voz, Diana, es esa Diva que todas llevamos dentro y que queremos sacar a relucir en los días más enérgicos.
Mujer de grandes éxitos y de la cual podemos aprender a maximizar nuestros estilos con mucha clase y un poquito de brillo focalizado, nunca dejó que un solo estilo remarcara su carrera, sino que pretendió ir más allá de las posibilidades, y sí que lo logró.
Ser o no ser. Para Diana es claro:
UNO. Un camaleón es el mejor amuleto.
Diana pasó de ser una funky girl a diva atemporal, pero nunca dejó que la encasillaran en un solo concepto. Camaleónica hasta hoy, nos enseñó que el cambio es una forma inigualable para cerrar ciclos y abrir puertas donde nadie las había visto antes.
Un camaleón es la mejor alternativa conceptual para no colapsar en días de tormentas mentales. Experimentar con texturas, colores y accesorios desvalorizados de nuestro armario, podría convertirnos en el alma de la fiesta.
DOS. La edad es solo un número
Si alguien se siente viejo, entonces es porque no ha visto la vitalidad de Diana y la manera como ha asumido el paso de los años. Cada vez que esta diva hace una aparición pública deja a todos con la boca abierta: outfits igualmente sorprendentes a los que usaba en años anteriores, sonrisa contundente (que sabe es el mejor accesorio que podemos tener las mujeres) y amabalidad de sobra.
Si un día crees que la ropa no te queda bien por tu edad. Reconsidéralo y refresca tus días con propuestas que creías no podrías usar. Solo contradiciéndonos a veces podemos ver que sí podemos y que hay factores que habíamos olvidado eran importantes solo porque la sociedad dicta lo contrario.